Las inyecciones de toxina botulínica son un tratamiento médico con numerosas posibilidades de aplicación. Este tratamiento suele denominarse con el término botox, del nombre del primer fármaco a base de toxina botulínica (o toxina botulínica). Actualmente existen en el mercado diversas formulaciones de toxina botulínica, que adoptan distintos nombres según el país de distribución.Producida por la bacteria clostridium botulinum , la toxina es responsable de una intoxicación alimentaria potencialmente mortal, el botulismo , provocada por el consumo de alimentos contaminados (especialmente conservas caseras y productos enlatados).
El mecanismo de acción del Botox consiste en bloquear la liberación de una sustancia química producida por el organismo, la acetilcolina, que transmite los impulsos nerviosos a los músculos, regulando su contracción y, por tanto, el movimiento. Al no poder recibir los estímulos enviados por el sistema nervioso, los músculos dejan de contraerse y se relajan hasta llegar a la parálisis muscular.El consumo de alimentos que contienen altas cantidades de toxina botulínica puede tener graves consecuencias y provocar la muerte por asfixia debido al bloqueo de los músculos respiratorios. Por el contrario, pequeñas dosis de la toxina, inyectadas en los músculos para ponerlos temporalmente en reposo, permiten curar diversas dolencias ligadas a una contracción muscular excesiva o inadecuada.
El uso de la toxina botulínica debe ser dirigido y cuidadosamente controlado.Desde el primer uso de la toxina con fines curativos, se han realizado continuas investigaciones y experimentos para ampliar sus campos de aplicación. Actualmente, las indicaciones terapéuticas autorizadas se refieren principalmente a los sectores oftalmológico y neurológico en los que la toxina se utiliza para el tratamiento de trastornos como el estrabismo , la espasticidad, las contracciones musculares involuntarias (por ejemplo, de los párpados), la migraña crónica y el tratamiento de la incontinencia urinaria por vejiga hiperactiva, especialmente si es causada por una disfunción nerviosa.Uso de la toxina botulínica con fines estéticos
En medicina estética se utilizan inyecciones o infiltraciones de toxina botulínica para reducir y atenuar las líneas de expresión. Se trata de arrugas provocadas por la contracción repetida de los músculos faciales que se activan a diario, a menudo de forma inconsciente, sobre todo para expresar emociones. Al actuar directamente sobre los músculos encargados de su formación, la toxina botulínica permite suavizar temporalmente las líneas de expresión, dando al rostro un aspecto relajado y relajado sin recurrir a la cirugía.Sin embargo, la infiltración de toxina botulínica no es eficaz sobre las arrugas provocadas por el efecto de la gravedad (como la flacidez de los párpados), ni sobre las arrugas provocadas por una exposición excesiva al sol oa las camas de bronceado. Haz clic aquí comprar botox en Farmacia de Andorra